Peter T. Geach, Eunsa, Pamplona 1993.
UN LOGICO ANTE LAS INCOHERENCIAS DE LA ETICA
Una muestra más del creciente interés que en los ambientes intelectuales anglosajones está adquiriendo el tema de las virtudes, pero con una salvedad notoria: el tono del libro de Geach tiene un aire apologético y, casi se podría decir, cuidadoso en el tratamiento de unas cuestiones que uno de los formadores del profesor de Leeds, Wittgenstein, diría que hunden sus raíces en creencias profundas y misterios. Un filósofo, puntero en la investigación sobre los fundamentos de la lógica y reconocido internacionalmente, debatido en un discurso sobre las virtudes ordinales y cardinales decididamente asistemático y escandolosamente honesto. Honestidad escandalosa porque, como explican en su presentación los traductores, Jorge V. Arregui y Carlos Rodríguez-Lluesma, la argumentación de Geach no posee la finalidad de defender la fe cristiana porque "es útil o conveniente para los seres humanos" sino porque está convencido de que es verdad. No existe, por tanto, en el texto un mínimo atisbo de miedo en la dicusión contra los más grandes "enemigos" y, paradójicamente, contra los argumentos débiles o realmente infundados que se ha blandido en ocasiones -según la experiencia del autor- en la defensa de una concepción cristiana de la vida. Pero, al mismo tiempo, Geach es consciente de sus propias limitaciones y toma la actitud del hermano mayor que comunica al menor los imperativos del padre ausente sabiendo que son ciertos, pero que no puede agotar su verdad con su apología para que el pequeño los cumpla. Entonces puede entenderse la presentación del propio Geach según la cual él no intentará probar la verdad de los dogmas que sustentan la fe, la esperanza, y la caridad, aunque esto no implica la renuncia a pensar. El planteamiento de Geach es, ante todo, original y llamará la atención tanto al lector instruido que desee ilustrarse como al buscador ansioso de honestidad que no haya quedado complacido con el modelo de conducta que suele reflejar una cultura de la frivolidad.
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