viernes, 11 de junio de 2010

Blade Runner (1982)


Dirigida por Ridley Scott, basada en la novela de Philip K. Dick "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas" (Do Antroids dream of electric Sheep?), protagonizada por Harrison Ford, Sean Young, Daryl Hannah, y con banda sonara de Vangelis.

Los Angeles, Noviembre de 2019. Una ciudad cosmopolita que presenta la oscuridad de un futuro no demasiado lejano, confuso y cosmopolita. La ciencia ha conseguido ya sintetizar el ADN humano y crear ejércitos de replicantes, seres biológicamente iguales a nosotros pero destinados a trabajar en las colonias espaciales. Se les injerta una memoria ficticia para que posean identidad pero poseen una fecha de caducidad. Incluso los más avanzados, los nexus 6, no suelen superar los cuatro años de vida pero han desarrollado sentimientos que casi no pueden distinguirse de las humanas. Su conciencia es exactamente igual a la humana; tal vez por eso, una serie de replicantes se han revelado en busca de una respuesta o una prolongación de su vida. Para frenar tal rebelión se ha creado un cuerpo especial de policía, los Blade Runners cuyo objetivo es su aniquilación.

La originalidad del planteamiento general de la película reside en la defensa de una tesis conductista: lo humano no puede decidirse a priori desde una instancia teórica o un sustrato biológico sino desde el punto de vista pragmático, cómo vive un ser humano. Parece que las notas características de los seres humanos son:
-Saben que son mortales.
-No saben cuándo van a morir.
-Poseen un nacimiento que les dota de una identidad y un origen mucho antes de que aparezca su autoconciencia que es parásita de esa constitución (sin ella no podría haber surgido). La autoconciencia no tiene poder para ponerse en el origen y los intentos por hacerlo pueden llegar a ser ridículos, trágicos o cómicos.
-Los humanos poseen sentimientos.

La racionalización del mundo, el uso de la inteligencia, ha creado un mundo inhabitable y fragmentado. La misma razón no se puede hacer cargo de él. Los nexus 6 han llegado a desarrollar respuestas emocionales propias y a independizarse de su esclavitud. El único posible reconocimiento de un replicante se basa en respuestas emocionales que los delatan pero -como mostrará el desarrollo de la película- este método no siempre es seguro. Los replicantes que han viajado a la tierra representan diferentes versiones de aproximación a lo humano.
León es el más replicante de los nexus 6. Se aferra a sus recuerdos como único modo de establecer su identidad de nuevo liberado. Sus respuestas emocionales son burdas y muy fácilmente identificables como inapropiadas de un ser humano.
Zora representa un paso más. Es como una crisálida cuyo proceso de trasformación ha sido abortado por Dekhart (el Blade Runner).
La identidad de Prince es excéntrica: se encuentra en Roy. Pero se muestra todavía como una muñeca, como un producto artificial.
Los tres andan buscando algo bajo el liderazgo de Roy. El replicante más perfecto es el intento más trágico de buscar su alma. Se presenta como una divinidad, o como una búsqueda sobrehumana de identificarse como un ser humano. Solo quiere vivir como un hombre libre. Sabe que si no consigue variar su programación de desconexión algo que debería conservarse se perderá bajo la lluvia. Roy comparte con los humanos las grandes preguntas: quién soy, qué hay después de todo, menos una: la ignorancia respecto de su muerte cronometrada. “Muéstrame de qué tejido estás hecho”, le pregunta a Dekhart. Protagoniza su muerte como si se tratara de un titán.
Rachel representa la versión más humana de los replicantes. A Dekhart le ha costado mucho reconocerla como tal. Cuando se da cuenta de que sus recuerdos no son suyos tiene una reacción humana: perplejidad y crisis. Pero como cualquier ser humano no es el causante de sus recuerdos ni sabe exactamente quién es o por qué es quien es. El rechazo de Dekhart por conocer su naturaleza artificial se transforma al notar que él se humaniza con su contacto. El no sabe cuándo va a morir, pero quién lo sabe. Si hay una nota de nuestra naturaleza es que caminamos hacia la muerte aunque no sabemos cuándo ni qué es exactamente la muerte. La versión del director, de hecho, muestra que el propio Blade Runner es un replicante. Si lo único que diferenciaba a un replicante era su caducidad y Deckart y Rachel la desconocen la diferencia con los humanos es indiferente.

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