sábado, 29 de mayo de 2010

La abolición del hombre (y 27)

Si comparamos el principal portavoz de la época moderna, Bacon, con el Fausto de Marlowe, la semejanza es impresionante. Algunos críticos dicen que Fausto tiene sed de conocimientos. En realidad apenas se insinúa esta sed en él. No es la verdad lo que él desea de los demonio, sino oro, armas y mujeres. "Todo lo que se mueve entre los polos fijos estará bajo tuu mando" y "un buen mago es un dios poderoso" (C. Marlowe, Dr. Faustus). Según ese mismo espíritu Bacon condena a los que consideran que el conocimiento es un fin en sí mismo. Para él esto significaría usar como amante para el placer a la que debería ser la esposa para la descendencia (F. Bacon, Of Proficience and Advancement of Learning). El auténtico objetivo es ampliar el poder del Hombre hasta llegar a la realización de todas las cosas posibles. Si rechaza la magia es porque no funciona, pero su meta es la misma que la del mago. En Paracelso, los caracteres del mago y del científico están combinados. No hay ninguna duda de que en los que en verdad fundamentaron la ciencia moderna, el amor por la verdad superaba generalmente el amor por el poder: en todo movimiento de elementos complejos los resultados vienen de los elementos buenos, no de los malos. Pero la presencia de los elementos malos no es irrelevante para la dirección que toman los resultados. Quizá sería exagerado afirmar que el movimiento científico moderno estaba viciado desde su origen, pero me parece que sí se puede decir sin miedo a equivocarse que ese movimiento nació en un ambiente malsano y en un momento desfavorable. Sus triunfos han llegado quizá demasiado rápidos y probablemente a un precio demasiado algo. Quizá se requiere una cierta reconsideración y algo así como una penitencia o arrepentimiento.

¿Sería posible, pues, imaginar una nueva Filosofía Natural siempre consciente de que "el objeto natural", producto del análisis y de la abstracción, no es la realidad sino sólo un punto de vista, y que además esa Filosofía Natural estuviese siempre dispuesta a corregir la limitación creada por la abstracción? Ni yo mismo sé muy bien lo que estoy auspiciando. Se dice que el acercamiento de Goethe hacia la Naturaleza merecería mayor consideración, que incluso el doctor Steiner puede haber captado aspectos que se han escapado a los investigadores ortodoxos. La ciencia regenerada que tengo en mi cabeza no haría las barbaridades que la ciencia moderna amenaza hacer al Hombre, ni siquiera a los minerales o a las plantas. No explicaría nada dándolo por supuesto. Hablando de las partes, no perdería de vista el todo. Estudiando lo Objetivo, no perdería lo que Martín Buber llama lo Subjetivo. La analogía entre el Tao del Hombre y los instintos de una especie animal significaría para ésta una nueva luz proyectada sobre lo desconocido, el instinto, de la realidad íntimamente conocida de la conciencia, y nunca una reducción de la conciencia a la categoría de instinto. Los que cultivasen esa Filosofía Natural renovada no podrían utilizar a su arbitrio las palabras sólo y simplemente. En otros términos: conquistaría la Naturaleza sin ser al mismo tiempo conquistada, y alcanzaría el conocimiento a un precio que no sea la propia vida.

Quizá pido un imposible. Quizá, en la Naturaleza de las coss, la comprensión analítica tiene que ser siempre como un basilisco que mata todo lo que ve y que ve sólo matando. Pero si los mismo científicos son incapaces de poner coto antes de que alcance a la Razón común, y mate también a ésta, entonces algún otro tendrá que detener ese proceso. Lo que más miedo me da es sentirme rebatido con la frase de que no soy otra cosas que "un oscurantista más" y que esta barrera como todas las barreras que se alzaron anteriormente contra el progreso de la ciencia será fácilmente derribada. Tal respuesta brota del fatal "serialismo" (de "seriales" de la imaginación moderna: la imaginación de una infinita progresión unilineal que tanto obsesiona a nuestras mentes. Por el hecho de que debemos usar tanto los números, tendemos a imaginar que todo el proceso es como una serie numérica en el cual cada paso, hasta la eternidad, se asemeja exactamente al precedente. Os ruego que recordéis el irlandés y sus estufas. Hay progresiones en las que el último paso es sui generis, no parangonable a los anteriores y en los cuales llegar hasta el final significa deshacer toda la fatiga del camino ya hecho. Reducir el Tao a un simple producto natural es un paso de este tipo. En ese momento, el tipo de explicación que pierde las cosas explicándolas puede darnos algo, pero a un precio demasiado elevado. En cualquier caso, no se puede continuar constantemente perdiendo las cosas. Se acabaría por descubrir que a fuerza de explicarlo todo se ha perdido la explicación. No se puede estar siempre "viendo a través" para alcanzar qué es lo que hay detrás de cada realidad significativa. Es bueno que la vetana sea transparente, pero esto es así porque la calle o el jardín que están detrás son opacos. Pero ¿qué sucedería si viésemos también a través el jardín? Es inútil tratar de ver detrás de los primeros principios. Si se ve a través de todo, entonces todo es transparente. Pero un mundo completamente transparente es un mundo invisible. "Ver a través de todo" es lo mismo que no ver.

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